Semana Santa 2013. La Crónica

// Francisco J. Morales Aleu  //  ¡Venga de frente! //


Incertidumbre. Si hay una palabra que pueda definir el sentimiento y las sensaciones de esta Semana Santa 2013, esa es incertidumbre. Y es que las inclemencias meteorológicas han estado presentes todos los días, de una u otra manera, afectando al normal desarrollo de las procesiones de las distintas Hermandades y Grupos Parroquiales de nuestra ciudad.

Además, nuestra Semana Santa ya partía este año con dos "bajas" importantes, ya que tanto Vera Cruz, por los ya consabidos problemas institucionales que atraviesa en estos momentos, y el Huerto, sin imagen que procesionar, se habían "borrado" de la lista de corporaciones que pondrían sus desfiles procesionales en las calles de Chiclana.

A todo esto, por si ya fuera poco, habría que sumarle los problemas económicos, planteados por el Ayuntamiento y Policía Local, y que obligarían a la postre a cambiar los itinerarios tanto de la Agrupación Parroquial del Amor como del Grupo Parroquial del Perdón. Una problemática, que ya dejó sin su Via Crucis a los hermanos y devotos de nuestro Santo Patrón, San Juan Bautista.

Con todos estos condicionantes e inconvenientes comenzaba la Semana Santa, que al igual que en otros lugares, daba comienzo el Sábado de Pasión con la participación de dos Agrupaciones Parroquiales.

El Sábado de Pasión amanecía con un cielo gris, muy nublado, y con chubascos intermitentes que amenazaban las salidas procesionales de la tarde-noche. El Perdón sería la primera de las dos agrupaciones que tendría que decidir, ante la adversa meteorología, si ponía finalmente su único paso en la calle. El nerviosismo se apoderó del interior de la Ermita de Santa Ana, donde la Junta Directiva reunida en reunión extraordinaria, decidió finalmente poner su cortejo procesional en la calle con un considerable recorte de itinerario, el cual les llevaría desde la Ermita de Santa Ana hasta el Convento de Jesús Nazareno, donde harían Estación Menor y desde ahí emprender el camino de vuelta a su templo. Algo que sorprendió a propios y extraños ya que el cielo se presentaba amenazante. Una amenaza que se concretó cuando el cortejo avanzaba por las mediaciones de la Capilla de la Estrella, viéndose sorprendido por una leve llovizna que le hizo buscar refugio en la sede canónica de la Hermandad de la Borriquita. Lugar que abandonaría minutos más tarde para dirigirse apresuradamente a la Ermita de Santa Ana. La decisión de salir ha sido duramente criticada por el mundo cofrade en general, algo que unido al hecho de vestir la túnica nazarena sin ser Hermandad, ha llevado al mundo cofrade a acusar a este grupo de "jugar a los pasitos".

La otra agrupación que debía poner su paso en liza era la del Amor. Al igual que Santa Ana, la Parroquia de San Antonio de Padua era un hervidero de hermanos y costaleros preparando la segunda salida procesional de esta corporación de vísperas. La Junta Directiva, con Ketama Cubero al frente, se reunió hasta dos veces para decidir finalmente la suspensión del desfile procesional de este año 2013. Una decisión difícil, pero lógica y madura, que fue aceptada y aplaudida por todos sus hermanos.

El Domingo de Ramos dejaba una ventana abierta a la esperanza de ver pasos en la calle con cierta tranquilidad. El viento se adueñó de la meteorología y alejó las negras nubes que nos habían dejado un deslucido Sábado de Pasión.

Puntual a su cita, los hermanos de la Borriquita comenzaban su procesionar por las calles de Chiclana a las cinco de la tarde, poniendo en la calle un cortejo procesional caracterizado por el bullicio y el desorden, provocados por los numerosos niños vestidos de hebreos que acompañan al paso de misterio. En cuanto a las cuadrillas de costaleros, algo en lo que cada vez nos fijamos más los cofrades, hay que decir que tanto la del paso de Cristo Rey como la de Nuestra Señora de la Estrella estuvieron algo "guadianescas", ya que la forma de "trabajar" las marchas no mantuvo una continuidad durante todo el recorrido. Quizás con algunos hombres más bajo las trabajaderas se pudiera ver el verdadero potencial de estas cuadrillas de hermanos, que cumplían este Domingo de Ramos su noveno año bajo sus Sagrados Titulares.

Como ya he dicho anteriormente, la climatología se caracterizó por las fuertes rachas de viento, algo que deslució el transitar de esta Hermandad, sobre todo en la última parte del recorrido, ya que no se pudieron ver encendidos los cirios de ninguno de los dos pasos en la oscuridad de la noche.

Pero sin duda, si ha habido un día que se haya "salvado" de los caprichos de la primavera, ese ha sido el Lunes Santo. Desde su salida hasta su recogida, la Hermandad de la Humildad y Paciencia tuvo un cielo sin nubes y con un viento en calma, lo que permitió poder disfrutar de esos cirios "chorreaos" que tanto gustan al cofrade.

Bien es cierto, que muchos dicen de Sevilla que es "madre y maestra" y que es un espejo donde mirarse, pero quizás la Hermandad de Mareantes de San Telmo se ha quedado embelesada en ese reflejo. No seré yo el que critique lo conveniente o no de aprender de la que dicen es la ciudad de María, pero quizás lo ideal sea saber adaptar a nuestra idiosincrasia aquello que nos parezca más adecuado y no intentar ser un reflejo de lo que allí se hace. Así que desde mi humilde opinión, pediría moderación a esta Hermandad a la hora de "trianizar", si se me permite el término, una corporación tan chiclanera como esta. A los costaleros pocos peros se les puede poner, ya que demostraron buenos andares, aunque en un estilo que creo erróneo, ya que desde mi posición de cofrade de a pie, me encantaría ver al Señor del Lunes Santo andando de frente sin contemplaciones. Pero esto no es más que eso, una opinión de un cofrade de a pie.

Por desgracia, el Martes Santo tuvimos que volver a mirar al cielo e incluso se temió por la salida procesional de los Afligidos, algo que finalmente sí se produjo entre algunas gotas de lluvia y algún que otro paraguas abierto. El único paso de la Hermandad se vio sorprendido por la lluvia cuando transitaba por las inmediaciones de la Capilla del Santo Cristo y por razones que desconozco, regresó apresuradamente a su templo, sin buscar refugio en la Iglesia Mayor. La decisión de la Junta de Gobierno fue arriesgada y lamentablemente equivocada, ya que para esto se aplica la máxima de "se acierta el que no se moja" y en este caso se mojaron.

Lo del Miércoles Santo merece comentario aparte. Además de la consabida ausencia, un año más, de la Hermandad del Huerto, vivimos una salida procesional algo extraña por parte de la Hermandad de Jesús Cautivo. Aun nos preguntamos, yo y muchos cofrades, por qué la Hermandad de Medinaceli bajó al centro para pasar por la calle paralela a la Carrera Oficial casi a paso de agua, para luego estar más de hora y media frente a la Iglesia Mayor en una anacrónica recogida que exasperó a más de un cofrade. Tampoco sé si el Consejo Local de Hermandades autorizó este cambio de itinerario o si tras lo visto dará, cuando menos, un toque de atención a esta Orden de Servitas. En cuanto a los costaleros, las miradas estaban puestas en el "estreno", por parte de la Peña de costaleros La Ilusión, del costal como herramienta de trabajo, bajo los pasos de los Sagrados Titulares de esta corporación. Algo que se produjo con normalidad y con un resultado bastante bueno.

El Jueves Santo y la Madrugá, que aunque son días diferentes terminaron fusionándose en uno solo, estuvieron marcados por la novedad de ver dos Hermandades en la calle, algo que puso de manifiesto la falta de rodaje por parte del Consejo Local y las propias Hermandades, ya que se produjeron varios cruces y parones entre ellas. Aparte de estos cruces, el discurrir de la Hermandad del Nazareno fue el de una corporación que no termina de saber que es lo que quiere para sus pasos, ya que desde fuera, parece que son las propias cuadrillas de costaleros las que deciden en cada momento la forma y el ritmo de caminar de la cofradía. Espero estar equivocado y que esto solo sea una impresión, pero pude ver al Delegado de Día del Consejo dirigirse al capataz del paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores para instarle a que acelerara el paso para poder dejar pasar a la Hermandad de la Borriquita, en vez de haberlo hecho al Diputado Mayor de Gobierno o Fiscal de la Hermandad del Nazareno. ¿Coincidencia?

Pero si hubo un desfile procesional accidentado en la Madrugá chiclanera, ese fue el del Santo Crucifijo de la Salud. Un cambio de itinerario llevó al paso del Crucificado a transitar por las calles Laja y Obispo Rancés. Calles que se convirtieron en una auténtica "ginkana" para capataces y costaleros, debido a los numerosos cables, balcones y farolas que se encontraron. Algo que sin duda marcó el resto de la procesión.

En cuanto al tiempo, si bien es cierto que respetó en la primera parte de la noche, no lo hizo al final de los desfiles procesionales de ambas Hermandades, haciendo que Nazareno aligerara su recogida y que el Santo Crucifijo de la Salud hiciera la última parte de su recorrido a paso de agua.

El Viernes Santo era un día triste para los cofrades chiclaneros, y es que la suspensión de la salida procesional de Vera Cruz había supuesto un duro golpe para todo el mundo cofrade de nuestra ciudad y, más si cabe, cuando se conocieron los motivos que la habían provocado. Además, el día se planteaba muy negro en lo que a previsiones meteorológicas se refiere. Previsiones que daban un riesgo elevado de lluvias durante el itinerario de la Hermandad de la Soledad y que ponían en jaque a la Junta de Gobierno de esta corporación, que se veía ante la coyuntura de decidir la suspensión de la salida procesional por tercer año consecutivo. Quizás por esas dos salidas procesionales suspendidas o quizás por un parte meteorológico que les daba cierta tregua o, quién sabe si por un poco de todo, la Hermandad decidió salir a la calle y emprendió su marcha en busca de la Carrera Oficial. Una Carrera Oficial que tuvo que realizar a paso de agua cuando se vio sorprendida por un pequeño aguacero que obligó al cortejo penitencial al completo a refugiarse en el interior de San Telmo hasta esperar una nueva tregua del cielo. Tregua que llegó minutos más tarde y que motivó el regreso de la Hermandad hasta su templo a un paso acelerado. Aunque este paso tuvo que acelerarse aun más cuando el cortejo transitaba por el Retortillo, ya que se produjo un fuerte aguacero que comenzó a empapar a todos los presentes. Afortunadamente, la rápida actuación del vestidor de la imagen de la Soledad que cubrió con un plástico tanto el manto como la imagen de Nuestra Señora, minimizó la incidencia de la lluvia sobre el patrimonio de la Hermandad. No obstante, sus hermanos sufrieron en sus carnes la tremenda tromba de agua, que empapó sus túnicas y capirotes y provocó cierto desorden en el transitar por las últimas calles de su itinerario hasta llegar a su templo. Suponemos que la Hermandad de la Soledad sabrá aprender de los errores y en años venideros tenga presente lo sucedido en este año 2013. Como ya dije antes, el que no se moja es el que acierta.

La guinda a esta Semana Santa desastrosa, en lo que al clima se refiere, la puso el Domingo de Resurrección, ya que por primera vez en la historia de esta procesión, la imagen del Resucitado no pudo recorrer las calles de Chiclana. Una procesión que de seguir el guión de los últimos años hubiera tenido pocos cambios a excepción de la alternancia en las cuadrillas de costaleros que portan el paso del Señor.

Repasada la Semana Santa, día por día, toca hablar de otros aspectos más generales como por ejemplo el público o los acompañamientos musicales.

Y es que este año la afluencia de público se ha visto incrementada durante la Semana Santa. Quizás la crisis económica ha influenciado en este parecer y es que, a buen seguro, habrá muchas familias que no hayan podido desplazarse a otros destinos de vacaciones y por suerte acudir a presenciar un desfile procesional es bastante económico. Otro factor ha podido ser la lluvia y, por consiguiente, la suspensión de procesiones en otros puntos de Andalucía, algo que ha podido propiciar que esos cofrades que se marchaban a otros enclaves para disfrutar de los desfiles procesionales, hayan permanecido en nuestra ciudad.

Además, el público en general se volcó con nuestro portal a través de las redes sociales interactuando en Twitter e informando de las distintas incidencias de las Hermandades y Cofradías en su discurrir por las calles de Chiclana. Gracias a todos por esta acogida y por vuestra colaboración.

Pero sin duda si por algo ha destacado esta Semana Santa es por los acompañamientos musicales, que han causado muy buena impresión sin excepciones. Además se ha podido disfrutar de esa "comunión" que empieza a existir entre algunas bandas y algunas cuadrillas de Chiclana.

Para finalizar, me gustaría destacar la presencia del Padre Juan Antonio Martín Barrera, párroco de San Antonio de Padua, formando parte de un buen número de cortejos procesionales, y sobre todo, el de la Hermandad de la Soledad, en el que aguantó el chaparrón y no abandonó en ningún momento el cortejo que precedía al paso de Nuestra Señora de la Soledad.

Hasta aquí mi crónica de la Semana Santa 2013, una crónica que algunos querrán ver como una forma de echar tierra encima a nuestras Hermandades, cuando no es más que una crítica constructiva de los hechos que he podido ver y vivir durante la Semana Santa de Chiclana. Además el título que he elegido para mi columna de opinión es "¡Venga de frente!", que a mi parecer es como hay que ir tanto en esto de las Hermandades como en la vida en general, sin tapujos y sin buscar ninguna puerta trasera. Además mi crónica de la Semana Santa no tiene más pretensiones que hacer reflexionar a los cofrades de Chiclana y abrir un debate que nos encamine a la mejora y el engrandecimiento de algo tan nuestro y que sale tan de dentro como son las Hermandades y Cofradías.

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